VIH (SIDA)

Diferencia entre infección por VIH y el SIDA:
Las siglas SIDA corresponden al Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. El SIDA es el síndrome que se manifiesta por una infección avanzada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), que provoca la destrucción de parte de nuestro sistema inmunitario dejando al huésped a merced de cualquier patógeno oportunista.
Una persona portadora del VIH no manifiesta el síndrome hasta años después del contagio, por lo que ser portador de VIH no es sinónimo de tener SIDA.
Transmisión:
Existen cuatro fluidos corporales que contienen una concentración suficiente de virus como para transmitirlo, son la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna. Ello significa que el VIH puede transmitirse por tres vías: sexual, sanguínea y de madre a hijo/a.
Vía sexual: en las relaciones sexuales con penetración (anal, vaginal u oral) sin preservativo. La penetración anal es la práctica de mayor riesgo, seguida de la vaginal. La ausencia de eyaculación durante la penetración no garantiza que el virus no haya podido entrar en el organismo. Las relaciones sexuales orales tienen menor riesgo, sobretodo sin eyaculación.
Vía sanguínea: al compartir jeringas, agujas, otro material de inyección o cortante que haya estado en contacto con sangre infectada. Los instrumentos punzantes y cortantes no esterilizados para perforaciones en la piel como los utilizados en acupuntura, tatuajes, ‘’piercings’’, etc. supone también un riesgo.
Vía madre-hijo/a: cuando una mujer es seropositiva puede transmitir el virus durante el embarazo, el parto o la lactancia.
Síntomas:
No todo el mundo manifiesta todos  los síntomas que se mencionan a continuación, incluso puede llegar a no manifestarse ningún síntoma que nos alarme. Los síntomas pueden ser diarrea, fatiga, un pico de fiebre, candidiasis, dolor de cabeza, úlceras bucales, erupciones cutáneas de diversos tipos, dolor de garganta, inflamación de los ganglios linfáticos (en dos o más regiones ganglionares), etc.
Pruebas:
La prueba de ELISA es una prueba muy sensible que detecta anticuerpos que el cuerpo ha producido contra el VIH. El cuerpo puede tardar hasta 6 meses tras el contagio en producir un título de anticuerpos detectable en la prueba de ELISA. Si los exámenes ELISA son positivos se realiza otra prueba de confirmación llamada Western Blot en la cual se buscan proteínas del virus, confirmando así su diagnóstico.
Un conteo de linfocitos T-CD4 inferior a lo normal puede ser señal de que el virus está dañando el sistema inmunitario.
Tratamiento:
Siempre a consideración del médico y del paciente se realiza un tratamiento antirretroviral para frenar el avance del virus. Se han hecho estudios y el tratamiento resulta más eficaz si se realiza en la fase primaria de la enfermedad. Hoy en día no existe cura ni vacuna para el VIH.
Pronóstico:
Se ha conseguido, gracias a la medicación actual, que se considere a la infección por VIH como una afectación crónica.
Las personas infectadas con VIH desarrollarán Sida si  no reciben tratamiento. No obstante, hay personas que desarrollan el síndrome muy lentamente o nunca lo desarrollan.
Complicaciones:
Las complicaciones pueden ser muy diversas dependiendo de la persona, entre ellas se encuentran diferentes tipos de cánceres, como el linfoma de burkitt y el sarcoma de kaposi, trastornos psicológicos, predisposición a todo tipo de enfermedades oportunistas, pérdida de peso, etc.
Prevención del VIH:
Usando un preservativo (masculino o femenino) cuando se mantenga relaciones sexuales (anal, vaginal, oral) con personas infectadas o con personas de las que se desconoce si lo están. El preservativo impide la transmisión del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual.
Conociendo el estado serológico de su pareja y el suyo.
Conociendo el riesgo de exposición de las distintas prácticas sexuales.
Utilizando material estéril.
Si está embarazada y tiene es portadora del VIH, hay tratamientos que reducen el riesgo de transmisión del virus a la descendencia, durante el embarazo y el parto. Una madre infectada no debe dar el pecho a su bebé.
Existe un tratamiento post-exposición al VIH que podemos realizar antes de la activación de la respuesta específica de nuestro sistema inmunitario, es decir antes de las 72 horas tras el contacto de riesgo. Todo centro de salud debe disponer de este tratamiento. Hoy en día es la única forma de frenar el virus por completo en su fase inicial.

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