Hepatitis C
Causas:
La infección de hepatitis C es causada por el virus de la hepatitis C (VHC). Los riesgos de contraer esta infección se citan a continuación:
Vía sexual: en las relaciones sexuales con penetración (anal, vaginal u oral) sin preservativo. La penetración anal es la práctica de mayor riesgo, seguida de la vaginal. La ausencia de eyaculación durante la penetración no garantiza que el virus no haya podido entrar en el organismo. Las relaciones sexuales orales tienen menor riesgo, sobretodo sin eyaculación.
Vía sanguínea: al compartir jeringas, agujas, otro material de inyección o cortante que haya estado en contacto con sangre infectada. Los instrumentos punzantes y cortantes no esterilizados para perforaciones en la piel como los utilizados en acupuntura, tatuajes, ‘’piercings’’, etc. Si recibieron una transfusión de sangre antes de julio de 1992 pueden haber estado expuestos al virus.
Síntomas:
La hepatitis C tiene una forma aguda y otra crónica. La mayoría de las personas que resultan infectadas con el virus contraen la hepatitis C crónica.
Suele ser asintomática aunque puede presentar algunos síntomas como dolor abdominal (en el cuadrante superior derecho del abdomen), hinchazón abdominal, sangrado del esófago o del estómago, orina oscura, fatiga, fiebre, picazón, manifestaciones cutáneas como ictericia o erupciones, inapetencia, náuseas, diarrea, heces claras, vómitos, etc.
Una infección por el virus C, suele predisponer relevantemente a la manifestación de cirrosis o cáncer hepático.
Pruebas:
Alteraciones en las enzimas hepáticas y otras proteínas plasmáticas evidencian una afectación hepática vírica de forma generalizada para todos los tipos de hepatitis víricas. Se deberán realizar pruebas complementarias como el Western Blot, para confirmar el tipo de hepatitis vírica.
Tratamiento:
Los objetivos del tratamiento del VHC son eliminar el virus de la sangre y reducir el riesgo de cirrosis y cáncer del hígado que pueden resultar de la infección prolongada con este virus.La hepatitis C crónica se trata generalmente con la combinación de los medicamentos peginterferón y ribavirina, que combaten el virus de la hepatitis C. El peginterferón se administra mediante inyecciones semanales, mientras que la ribavirina se administra diariamente por vía oral. Los tratamientos tienen una duración de
Los fármacos utilizados en el tratamiento para hepatitis C manifiestan un amplio abanico de efectos secundarios entre los que se encuentran la anemia, síntomas pseudogripales entre otros.
Las personas con hepatitis C deben tener cuidado de no tomar vitaminas, suplementos nutricionales ni medicamentos nuevos de venta libre sin antes haberlo consultado con el médico.
Evitar cualquier tipo de sustancias que sean tóxicas para el hígado (hepatotóxicas), incluyendo el alcohol. El alcohol reduce la efectividad del tratamiento e incluso cantidades moderadas de éste aceleran la progresión de la hepatitis C.
Vacunarse contra la hepatitis A y B.
Actualmente no existe cura ni vacuna para el VHC.
Pronóstico:
La mayoría de personas infectadas por el virus C manifiestan su forma crónica.
Como se ha mencionado anteriormente las personas afectadas por hepatitis C pueden llegar a desarrollar cirrosis o cáncer hepático.
Prevención:
Usando un preservativo (masculino o femenino) cuando se mantenga relaciones sexuales (anal, vaginal, oral) con personas infectadas o con personas de las que se desconoce si lo están. El preservativo impide la transmisión del VHC y de otras infecciones de transmisión sexual.
Conociendo el estado serológico de su pareja y el suyo.
Conociendo el riesgo de exposición de las distintas prácticas sexuales.
Utilizando material estéril en el caso de que se vaya a hacer alguna incisión traumática con un objeto cortante.
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